Amarte no es mi culpa, ni tampoco tuya. Es culpa del destino, por hacer que nos encontremos. Estar enamorada de vos no es lo mejor, pero me gusta.
No me gusta sufrir por no tenerte, pero nada puedo hacer, más que dejar que el tiempo lo diga todo. Mientras tanto, no lloraré, al contrario, disfrutaré cada segundo como si fuese el último, tal vez no junto a vos, pero sí junto a mis amigos.
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